Guía para Guardar las Harinas

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Guardar las harinas
El orden es clave para aprovehcar cada ingrediente al máximo. Hoy te contamos como organizar las harinas en su lugar.

Hoy es el día, has terminado con todos los pendientes y te dispones a realizar esa fabulosa receta que venías saboreando durante días, pero abres la alacena y te das cuenta que la harina se ha echado a perder ¡Cuanta rabia nos da! Ya sea que la uses seguido o no, es muy probable que tu alacena contenga uno o más tipos de harina ¿Pero sabes cómo guardarla correctamente? Existen muchas variables para estropear este producto, como la humedad, el calor y los insectos. Es por eso que guardar las harinas en un lugar seco y fresco no siempre alcanza.

Los diferentes tipos de harina, como las féculas o las harinas integrales y harinas sin gluten,  tienen diferentes vidas útiles, y cada una requiere de un método de guardado distinto para aprovecharlas al máximo. No olvidemos también aquellos alimentos secos que tenemos en nuestras alacenas y que contienen harina, como galletas o pasta. Toma nota de las siguientes estrategias para guardar las harinas de tu cocina de una manera eficiente. 

Consejos para guardar las harinas

El primer paso, incluso antes de comprar tu próximo paquete de harina es verificar su fecha de caducidad. Esto te permitirá determinar qué tan fresco es el producto y te ayudará a decidir la cantidad que deseas comprar. Recuerda que las harinas refinadas, como las harinas con levadura o de uso múltiple duran hasta dos años, mientras que las harinas integrales solo lo hacen por seis meses.

Otro gran indicador que debemos chequear es el aroma. Si no estás seguro, huélela. Las harinas blancas tienden a tener un olor agrio cuando se han deteriorado, mientras que las harinas integrales suelen oler a fermentación. 

El secreto esta en el contenedor

El segundo secreto para guardar las harinas de forma adecuada reside en el contenedor. Si escuchaste bien, el recipiente es casi tan importante como el contenido. Estos tendrán un objetivo muy importante, evitar que entre aire, humedad o insectos en contacto con la harina. Para eso deben ser secos, herméticos y tener un tamaño acorde a la cantidad del producto. Los más usados son los contenedores plásticos o las bolsas con cierre incorporado.

Vacía el contenido del paquete en el recipiente para llenarlo al máximo de su capacidad. Mientras más aire haya en el contenedor, más rápido será la posibilidad de que la harina se enrancie, una vez que hayas usado una cantidad significativa, transfiere el excedente a un recipiente más pequeño.

Guardar las harinas en el refrigerador, claro que si

El tercer tip significó un antes y un después en mi alacena. ¿Acaso sabían que se puede guardar la harina en el refrigerador? Este truco funciona especialmente bien para las harinas integrales y harinas sin gluten, los cereales y los frutos secos ya que al ser ricas en ácidos grasos son más propensos a deteriorarse con rapidez. Para un almacenamiento a largo plazo guarda cualquier harina integral, como la cebada, el trigo, la quinua, el mijo y avena en en un recipiente hermético en el refrigerador y podrás prologar su vida útil al doble.

Una vez que decidas utilizarla basta con sacar el recipiente del refrigerador y dejarlo cerrado unos minutos hasta que tome temperatura ambiente. Es importante no abrir el recipiente ya que la humedad del aire se condensaría en la superficie fría y esto afectaría el sabor. 

Últimos tips para guardar galletas y pasta

Por último, en el caso de los productos secos derivados de la harina, como las galletas y la pasta, la regla esencial es guardarlos en recipientes limpios, lejos de fuentes de calor y de posibles olores fuertes. No está de más forrar el interior con telas o servilletas que ayudará a prevenir la humedad. La otra gran premisa que debemos tener en mente es no mezclar tipos distintos de galletas o pasta en un mismo contenedor, ya que pueden ejercer influencias entre ellos y arruinar sus características. Por ejemplo las galletas duras y crujientes no deben guardarse con las que sean más tiernas, y viceversa. 


Ahora que ya sabes las principales estrategias para organizar tus harinas de forma definitiva solo deberás poner tu plan en marcha. Selecciona cuidadosamente la harina que utilizarás en tus recetas favoritas, consigue recipientes herméticos y un lugar en tu congelador. No olvides comentarnos cuales son tus recetas con harina favoritas que han sido salvadas por estos tips.

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