Diseña tu Proceso de Cambio y Disfruta el Viaje

Cuando hablamos de cambio, muchas veces nos agobiamos. Pensar en cambiar, nos llena la mente de tareas, tiempo e incluso de incomodidad. Llegamos a ver el cambio como un enemigo o un problema y la verdad, no es más, que un proceso que nos ayuda a crecer, a evolucionar.

Esto ha sido clave para llevar a buen término mis procesos de cambio. Tomé como mantra aquello de “La felicidad está en el camino y no en la meta” y comencé a disfrutar cada paso hacia mi evolución.

Es muy importante tomar el timón y hacernos conscientes de la ruta, la cual comienza mucho antes de que empecemos a navegar. De esta manera, no sólo te harás dueña de tu rumbo, sino que verás el proceso, mucho más sencillo de lo que tenías en mente. Les comparto mi ruta personal.  Por cosas involuntarias en la vida, la preparé  a bordo del barco. Hoy quiero dejarla, para que puedan ponerla en práctica, mucho antes de izar las velas.

Quiero cambiar: primero, tomemos una taza de café

¡Lo primero, es lo primero! hay que sentarse con una taza de café para evaluar nuestro statu quo. Hay casos en los que emprendemos un cambio, simplemente porque alguien o algo nos motivó a ello, pero en el fondo, no estamos seguros de que sea un cambio necesario o realmente deseado.

Nos dejamos influenciar por consejos, por vivencias de otros y en algunos casos, nos dejamos llevar por palabras que salen de un corazón herido. ¿Te suena familiar que tu pareja te señale que hay algo que debes cambiar, en medio de una pelea? Me ha pasado, y la verdad, emprendí el rumbo al cambio con mal sabor, realmente estaba molesta, me sentía como una niña regañada.  En el fondo estaba negada. Quizás la “sugerencia” era buena, pero al no venir de mi análisis y mi evaluación interior, me sentí obligada y herida.

Mi recomendación, es tomar siempre las riendas de nuestros procesos, si hay algo que mejorar o ajustar, debes decidirlo tú. Evaluando cómo es tu situación hoy ¿Te gustaría cambiarla?, ¿Hay algo que podrías hacer mejor y no le has dedicado el tiempo necesario? ¿Hay algo que has aprendido, y aun no lo has puesto en práctica? – este es el momento, piensa en ello.

He decidido zarpar: Establece el rumbo de tu camino

Ir a dos lugares a la vez, es un súper poder que aún no tengo. Es muy importante escoger una sola dirección, un solo punto a cambiar, a mejorar. Es cierto que podemos ser multitasking, pero en un viaje tan importante, es mejor fijar un rumbo y trabajar con todo para llegar a él.

Del análisis anterior, te pueden salir muchos puntos a mejorar, y te digo, puedes hacer tantos viajes como quieras, puedes vivir tantos procesos como quieras, mi recomendación es hacer uno a la vez.

Yo identifiqué muchos puntos, y me senté con honestidad a revisar cual de todos me generaba más inquietud, ojo, que también identifiqué el “más sencillo” de abordar primero. No me iba a preparar un viaje a la India, sin primero conocer el pueblo al lado de mi casa. ¡Vamos paso a paso!

Prepara las maletas: ¿Qué necesito llevar?

Esta es mi parte preferida de todos los viajes, y en uno tan personal como éste, me tomé el tiempo para mirar con detalle todo lo que necesitaba empacar.

En principio, si decidimos hacer un cambio sencillo (para empezar) es probable que necesitemos herramientas más sencillas. Cuando decidí cambiar la manera de juzgarme a mí misma, mi herramienta principal fue el cuestionario: preparé un set de preguntas muy intensas que me llevaron a revivir muchas experiencias. Pregunta a pregunta, fui descubriendo inseguridades, miedos, egos e injusticias, que me permitieron abrir los ojos a mi interior. Una herramienta espectacular.

También podemos llevar personas al barco. Mi compañera de viaje fue mi mamá, primero porque encajaba perfecto con el cuestionario, digamos que, mi mamá, siempre le encuentra la quinta pata al gato. Segundo, porque me conoce “como si me hubiese parido”, que me parió, lo sabemos, pero a ella le encanta recordármelo todo el rato. 

En otros viajes, incluí una coach personal, una constelación familiar, un psiquiatra y muchas herramientas más que compartiré en otra oportunidad. Cada herramienta, en su viaje particular.

Eleven anclas: llegó el momento de zarpar

Análisis en mano, rumbo fijado, maletas preparadas, estamos listas ¡Empecemos!

Llénate de mucha paciencia, amor y comprensión hacia ti. Disfruta del paseo, del paisaje, descubrirás cosas de ti que no sabías o que no entendías, así que tómate el tiempo de observar. No seas dura contigo misma, es imposible que a tus 17 años supieras lo mismo que cuando tienes 23, 30 o 50 años.

Dicen que los viajes se viven tres veces: cuando los preparamos, cuando los vivimos, y cuando los recordamos. Toma nota, fotos, y sumérgete en lo más profundo de tu proceso. Te garantizo que saldrás renovada.

¡Vamos a vivirlo todo!