Dale Vuelta a los Alimentos Procesados

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alimentos procesados
No debemos basar nuestra alimentación sólo en alimentos procesados pero introducirlos con consciencia no tiene por qué suponer un problema. Sigue leyendo para saber cómo.

Ese pan delicioso que compras en tu supermercado preferido, y desayunas casi a diario, ¿es tan malo como lo pintan? Tienes la respuesta en tus manos: dale vuelta al empaque y verifica sus características nutricionales.

Sabemos que vas a llorar, nos pasó lo mismo cuando descubrimos que era un alimento procesado. Y mira que pasan factura a lo largo de la vida. No desesperes, existen algunos de ellos que valen la pena consumir.

¿Qué es un Alimento Procesado?

Un alimento procesado es un alimento que ha sufrido algún tipo de transformación industrial antes de llegar a nuestra mesa. Esta transformación ocurre, a través del proceso de fabricación, el proceso de conservación y el envasado. En el proceso de fabricación pueden mencionarse los siguientes procedimientos generales: fermentación, cocción, deshidratación y destilación. En el proceso de conservación hay cinco métodos básicos de conservación de alimentos: esterilización por radiación, esterilización antibiótica, acción química, deshidratación y refrigeración. Entre los numerosos métodos de envasado de alimentos se encuentra el enlatado, el envasado aséptico y el envasado por congelación.

Sin estos procesos, gran variedad de productos alimentarios que encontramos en el supermercado y en las tiendas, no los tendríamos a nuestra disposición. Estos procesos mejoran la seguridad de los alimentos, como por ejemplo:

  • Los tratamientos a temperaturas elevadas destruyen las bacterias nocivas.
  • Algunos aditivos impiden que las grasas entren en descomposición o que se desarrollen hongos y bacterias.
  • El envasado ayuda a prevenir la manipulación indebida de los alimentos.

Algunos ejemplos son las frutas, las verduras y los productos cárnicos congelados, enlatados, pescado en conserva y la leche U.H.T (método que somete a la leche a tratamiento térmico después de ser envasada).

Sin embargo, los alimentos procesados en exceso pueden suponer un problema para una alimentación saludable.

“Estamos observando el principio de una epidemia de consumo de alimentos ultraprocesados. Su venta crece desproporcionadamente en comparación con la de otros alimentos, invadiendo los platos con productos que no contribuyen a la buena salud. Los ultraprocesados no pueden ser la base de nuestra alimentación, no pueden ser un producto esencial en nuestras dietas”

Fabio da Silva Gomes, asesor regional en nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Ciertos métodos de procesado pueden provocar la pérdida de determinados nutrientes: es el caso de algunas vitaminas y minerales que se quedan en el agua de cocción o en las partes del grano que se eliminan para elaborar la harina. Los alimentos procesados también pueden contener azúcar y grasas en cantidades más elevadas que las que elaboramos con nuestras manos. Y si hablamos de aditivos, podemos encontrar cantidades asombrosas, en un sólo producto.

Tipos de Alimentos Procesados

De acuerdo a su nivel de manipulación, tenemos los siguientes tipos de alimentos procesados:

  • Alimentos mínimamente procesados: son alimentos preparados para facilitar su consumo. Es el caso, por ejemplo, de la fruta seca sin cascarón (nueces, almendras, avellanas…) y de las hortalizas o verduras listas para consumir o preparar (lechuga lavada y cortada en bolsa), sin ingredientes añadidos de ningún tipo.
  • Alimentos sometidos a algún tipo de tratamiento: son aquellos alimentos que se han visto afectados por algún proceso tecnológico. Sería el caso de los alimentos congelados o cocidos, como las latas en conserva (de atún u otros pescados), las verduras congeladas, etc.
  • Alimentos con ingredientes añadidos: en este caso hablaremos de alimentos que incorporen ciertos añadidos que alteren o mejoren sus propiedades con la finalidad de potenciar su sabor o apariencia. Es el caso de los edulcorantes, los colorantes y los conservantes, muy fáciles de encontrar por ejemplo en las salsas preparadas.
  • Alimentos muy procesados: son los alimentos aptos para el consumo inmediato. Son los que tienen que estar sometidos a un alto nivel de procesamiento. Por ejemplo, las galletas, los dulces, las patatas chips, los cereales, los embutidos, etc.
  • Alimentos ultraprocesados: es el caso de los alimentos y otros platos listos para introducir en el microondas, como es el caso de las pizzas congeladas.

Por lo tanto, hay muchos tipos de alimentos procesados y hay que aprender a escoger entre los que nos convienen más, para que nuestra alimentación sea mejor.

Recomendaciones para comer sin remordimientos

Una de las recomendaciones más extendidas y habituales para mejorar nuestros hábitos alimentarios es que basemos nuestra alimentación principalmente en alimentos frescos (80%) limitando el consumo de alimentos procesados (20%). Consumiendo los productos de temporada y que tenemos más a mano, estamos contribuyendo a la vez, a respetar el medio ambiente. 

Ten en cuenta los ingredientes más importantes cuando des vuelta al producto:

  • Grasas: una de las grasas más recomendadas por sus beneficios para la salud es el aceite de oliva. Alimentos que estén elaborados con aceite de oliva son más aconsejables. Hay que tener precaución con aquellos productos en los que no se especifica el tipo de grasa que incorpora y huye de las grasas trans.
  • Número de ingredientes: aunque no es una norma, los productos más recomendables son aquellos que incorporan cinco o menos ingredientes. Recuerda, cuando lees los ingredientes en la etiqueta nutricional, el primer ingrediente es de lo que más contiene el producto.
  • Azúcar: pon la lupa aquí. Hay una tendencia a sustituir el azúcar común por otras fuentes de azúcares (miel, melaza, jarabe de arce, jarabe de agave, etc.). Son ingredientes que hay que limitar y que, por lo tanto, debemos tener presente al mirar las etiquetas.
  • Sal: es el saborizante por excelencia, aunque se consume en exceso y puede  provocar muchos problemas de salud. Por lo tanto, tenemos que intentar consumir alimentos que lleven en menos cantidad.
  • Aditivos: todos los aditivos alimentarios han pasado controles estrictos, que los hacen seguros en las cantidades que establecen las leyes. De todas formas, siempre podemos analizar diferentes productos de una misma gama de alimentos y comprobar aquellos que utilizan menos aditivos. Esto nos ayudará a consumir alimentos que se parezcan el máximo posible a los que elaboraríamos en casa.

“En conclusión, lo más importante a tener en cuenta con los alimentos procesados, es el balance entre estos alimentos y los alimentos frescos. Ayúdate con la fórmula 80/20. La misma se basa en consumir 80% de alimentos naturales y 20% de alimentos procesados (con sólo 5 ingredientes)”

Bea

Incluir más alimentos naturales, es sencillo. Click Aquí para que no te pierdas cómo. No debemos basar nuestra alimentación sólo en alimentos procesados pero introducirlos con consciencia no tiene por qué suponer un problema.

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