¿No te pasa que, sólo revisas tus finanzas personales cuando algo va mal o cuando necesitas hacer un cambio trascendental? Generalmente no las conocemos y mucho menos cuidamos de ellas. Y eso debe cambiar.
Recuerdo claramente el día que empecé a interesarme por mis finanzas. Tenía cinco años ejerciendo como abogada, y una colega me recomendó comprar “deuda pública”. Literalmente la miré como si me hubiese dicho que comprara una casa en Plutón. Mi colega, y amiga hoy en día, sabía que yo quería hacer un postgrado y necesitaría dinero para pagarlo. También sabía, que, con el simple ahorro de mi salario, no sería suficiente. Y fue a partir de ese momento, que tomé las riendas de mi relación con las finanzas.
Hoy, quiero recomendarles no esperar los momentos de tensión para aprender acerca del dinero y cómo hacerlo florecer. Conozco, de primera y segunda mano, casos de separaciones y divorcios, donde fue justo en ese momento, donde la mujer conocía, por primera vez, sus finanzas. Si es que tenía alguna propia.
Hago un salto histórico y necesario (como recordatorio, más no como excusa). En épocas anteriores, culturalmente no era de interés o incluso posible, que una mujer manejara finanzas. A pesar de llevar la organización y gestión del hogar, incluidas las compras, muy pocas veces sabía o se interesaba, por el origen del dinero. Esto, hoy en día es inconcebible, debemos responsabilizarnos por nuestra vida (primero), y posteriormente, con conocimiento de causa, podremos responsabilizarnos de la vida financiera de nuestra familia.
Analiza tus finanzas personales hoy: como cualquier aspecto de nuestra vida, debemos hacer revisión constante de su estado. Así, como en una relación personal, analizamos cómo nos sentimos, cómo se siente el otro, qué podemos mejorar y qué debemos cambiar. En nuestra relación financiera, debemos hacer lo mismo.
5 tips para comenzar a tener una relación sana y fructífera con tus finanzas personales
1. Valóralas
Debemos entender que nuestras finanzas son una parte importante de nosotras. Si bien es cierto, que el dinero no compra nuestra felicidad, no debemos tampoco restarle importancia. Trabajamos muy duro para generar nuestros ingresos y tenemos que darles el valor que se merecen. Si no quieres darle valor al dinero per se, entonces valora el esfuerzo diario que haces para conseguirlo. Somos seres integrales, y tenemos que valorar todas las relaciones que mantenemos. Con nosotras mismas, con terceros, con actividades, con nuestras profesiones y con el dinero, por supuesto. Toda tú vales, y mucho. Así que, no dejes de lado ninguna de tus facetas y cuida de ellas.
2. Conócelas:
¡Pregunta, pregunta, pregunta! La mejor manera de conocer a alguien es haciendo preguntas (y escuchando sus respuestas, claro) haz lo mismo con tus finanzas personales:
¿Cuáles son tus fuentes de ingreso?, ¿Tus gastos fijos, gastos variables?, ¿Tienes pasivos financieros?, ¿Tu entidad financiera tiene todo lo que necesitas?
Saber la diferencia entre un gasto fijo y un gasto variable, puede ser revelador al momento de armar tu presupuesto mensual. Hacerte estas preguntas acerca de tus finanzas personales son clave para entender cómo son, qué necesitan y lo más importante: ¿cómo las hacemos florecer? Con este ejercicio descubrirás:
- Si gastas más de lo que ganas, y no lo parece, porque usas mucho crédito.
- Que estas usando crédito, y realmente, no lo necesitas.
- Si hay gastos fijos, que puedes convertir en variables, o viceversa.
- Dónde puedes recortar, de ser necesario. En momentos difíciles, como una pandemia, te iría bien saber si, recortas las compras de café o si puedes disminuir la cuenta de la electricidad.
- Asimismo, entenderás, que es posible que tu salario no sea suficiente para incrementar tu patrimonio. Empezarás a sembrar la semilla de la inquietud inversionista y, quizás termines como yo, invirtiendo en bolsa.
3. Interésate:
Agenda un tiempo para investigar las mejores entidades financieras. Prepara un té, escucha el playlist de Sano Mood, te irá genial para este ejercicio. Ahora, siéntate en calma y con mucha paciencia, indaga cada web:
- ¿Eres de las que se hace amiga de la directora de la agencia del banco?: o ¿eres amante de las aplicaciones y páginas web? Aquí ya tienes una pista del banco que necesitas, 100% online o uno que tenga agencias disponibles por toda la ciudad.
- ¿Qué tipo de cuentas ofrece?: Si eres como yo, que necesito tener las cuentas claras, y ver el dinero ahorrado y el dinero del día a día en cuentas separadas, pues ya sabes que necesitarás dos alcancías (huchas, chanchitos, cuentas, buckets). En cambio, si eres all in, con una cuenta corriente ya te basta (eres mi ídolo).
Tip: hoy en día, los bancos cambian sus ofertas de productos financieros cada año. Depende el país, algunos cambian, incluso, cada 6 meses. Te recomiendo estar al día, y así evitar un cargo indeseado por comisión de cuenta.
- ¿Qué movimientos te permite hacer el banco?: ¿Necesitas mover dinero de un país a otro? O ¿con poder pagar con el Apple Pay te vale? Hoy en día, hay tantas cosas que podemos hacer con nuestros bancos, que literalmente agobia (lo sé, por eso te dije que escucharas nuestra playlist, para relajarte). Desde domiciliar el pago de tus servicios, transferir por mensajes de texto, invertir en acciones, rentar un smartphone, hasta contratar un seguro. Puedes pensar: ¿hoy en día quien no ofrece el pago móvil? Te sorprenderías al indagar las webs de algunos bancos.
- ¿Necesitas tarjetas de crédito?: ¿qué intereses generan, te cobran comisiones por usarlas? Si amiga, hoy pueden cobrarte por el aire que respiras.
Finalmente, pero no menos importante. Vamos a ser un poco superficiales (aquí te guiño el ojo)
- ¿Te atrae “físicamente” el banco?: Sí, has leído bien. Como cualquier relación, tienes que evaluarlo todo. ¿Te gusta la web, la app?, ¿es agradable de usar?, ¿es intuitiva, cómoda?, ¿te ves viviendo con ella por el resto de tu vida? (aquí te guiño el ojo, nuevamente, con una leve sonrisa)
4. Organízalas:
¡Donde hay orden, hay claridad! Prepara un plan mensual de gestión financiera. En un Excel, en la aplicación de tu banco, con un gestor, o con la app de tu preferencia. Organiza toda la información que obtuviste acerca de tus finanzas personales, y ¡toma el control!
5. Acciona:
No te quedes sólo con el plan. ¡Muévete! cambia de entidad bancaria a la que más se adapte a ti, abre esa otra cuenta que sirva de ahorro, date de baja de esa tarjeta de crédito que no te hace falta, agenda el pago automático de tus servicios básicos e impuestos. Comienza a planificar, sola o con ayuda, pero ¡hazlo hoy!
Aplicando estos 5 tips, comenzarás a ver tus finanzas personales con ojos de amor y comprensión. Poco a poco, florecerán y darán muchos frutos. Yo, personalmente, hice los primeros tres pasos sola, y luego busqué ayuda de un profesional. Hoy en día, mis finanzas personales son una de mis prioridades y así como tengo un coach emocional, tengo un coach financiero.
Como entiendo lo (incluya la descripción de su preferencia aquí), que puede ser manejar tus finanzas personales, quiero compartirte mi plantilla de planificación mensual. Me funcionó muy bien, para la fase de conocimiento y organización. Una vez tienes toda la información ordenada es más fácil pasar a la acción.
Déjame tu email en los comentarios o envíame un email a hola@sanoexperience.com para enviarte mi maravillosa plantilla de organización financiera.